Padre Daniele Badiali

...ogni giorno partirò!

Home El encuentro con la OMG

El encuentro con la OMG

Precisamente durante el verano de 1977, don Antonio acompaña a su pequeño grupo de jóvenes a vivir una experiencia en el campo de trabajo para las misiones de la Operación Mato Grosso.

Este movimiento juvenil es fundado en 1967 por obra del sacerdote Salesiano Ugo De Censi que en aquel entonces era responsable de los oratorios de Lombardía y Emilia. Este sacerdote acoge la petición de ayuda de un amigo salesiano y misionero en la región brasileña de Mato Grosso, prometiéndole darle una mano.

Es así que viaja al Brasil un primer grupo de jóvenes, procedentes de diversas partes de Italia. La experiencia del trabajo entre los pobres es impactante para ellos, quienes deciden continuar ayudando a recaudar fondos para ser enviados en misión: se forman los primeros grupos.

Se busca vivir la caridad a través del servicio gratuito poniendo a disposición las propias habilidades y entregando el tiempo libre a través del trabajo y del ensuciarse las manos en primera persona.

En los años sucesivos, la OMG amplía sus horizontes fuera del Brasil, abriendo misiones en Ecuador, Bolivia y Perú. En Faenza aún no conocían este movimiento y fue Giorgio Nonni, un joven de Faenza, quien impulsó la primera experiencia de trabajo, ya que había regresado recientemente de la misión de Campogrande (Brasil), donde había vivido dos años en un leprosorio.

Daniele con Giorgio Nonni

Cristina, compañera de los primeros años, dice: "Estábamos haciendo un campo de trabajo de la Operación Mato Grosso, el primero organizado en Faenza: recogíamos melocotones donde algunos campesinos. Una noche llegó un grupo de jóvenes acompañados de un joven sacerdote: entre ellos estaban Gabriele y su primo Daniele. Este último tal vez era el más joven entre ellos, tenía 15 años, el pantalón corto y la cara redonda, limpia, como un niño”.

Giorgio recuerda: “La vida esencial que vivíamos era sencilla, el trabajo duro para los pobres, de 9 a 10 horas de labor al día; esto dejó muy maravillado a Daniel, que inmediatamente se enamoró de este camino que consiste en aprender a regalar, haciendo fatiga.

Él también era hijo de agricultores, un buen trabajador, que nunca se rendía. Generoso, siempre el primero en sacrificarse en los trabajos más humildes, como lavar los platos. Fue un buen músico; tocaba muy bien la guitarra, estaba siempre cerca de mí. La música y el canto nunca faltaron en nuestras reuniones. Siempre estaba listo para tocar cualquier canción; incluso cuando no conocía los acordes, era rápido en encontrarlos”.

Cristina aún recuerda: "Fueron años intensos, donde aprendimos a hacer grupo juntos. Trabajar para los pobres fue sólo el primer paso; para cada uno se abría un largo camino de cambio, a hacerse con gran humildad, aprendiendo a aceptarse, a corregirse, porque en nuestros corazones había un sueño más grande.

No siempre nuestros padres nos comprendían, porque pensaban que éramos exagerados, anticonformistas. A veces los domingos íbamos a Trebbana, una localidad en los Apeninos, a restaurar una pequeña iglesia en ruina, que don Antonio, párroco de Daniele, había pensado reconstruir. También para este trabajo hubo el esfuerzo de llevar todo el material en hombros y a pie.

" Daniele, en 1978, siguiendo a algunos adultos de la parroquia de San José, viajó al Friuli para ayudar a las víctimas del terremoto. Lo mismo sucedió en 1980, tras el terremoto de Irpinia. Tuvimos que confiar, para no equivocarnos de dirección, en alguien más preparado que nosotros, que tomara en su corazón nuestro futuro y nuestra vocación. Esto nos fue más claro al mirar la vida de Giorgio Nonni: siguiendo su ejemplo, en muchos de nosotros nació el deseo de partir para la misión, de seguir al padre Ugo y tomar en serio el camino de la caridad.

Giorgio en 1980 viajó al Perú, decidido a estudiar para ser sacerdote. Su elección hizo reflexionar particularmente a Daniele:

Me gusta lo que estás buscando y vives; te sigo: yo quiero vivir como tú”.

Al partir Giorgio por la misión, el grupo de la OMG continúa trabajando con los jóvenes, que mientras tanto se han convertido en más responsables: varios deciden partir para una experiencia de misión de cuatro meses. Esto anima mucho a los que permanecen en Italia.

La decisión de Daniele de partir para la misión se produce sólo en 1984, después del servicio civil que realiza en la parroquia de San José (S. Giuseppe - Faenza).

el campo de trabajo para las misiones de la Operación Mato Grosso

 

nueve dias con p. daniel

Immagine