La primera vez en perùEn 1984 Daniele parte para una experiencia de dos años: va Chacas, en el Perú, donde están presentes tanto Giorgio Nonni, que aún no es sacerdote, como el padre Ugo De Censi. La intención que tenía era la de dejarse ver y guiar por el padre Ugo para verificar su vocación.
Vive en la casa parroquial, poniéndose inmediatamente a trabajar con el fin de aliviar un poco la labor de otros voluntarios, y descubre los pobres a través de todas las personas que están llamando continuamente a la puerta, pidiendo ayuda. También es el asistente de los jóvenes del colegio taller "Don Bosco" de carpintería.
Daniele, en estos dos primeros años, poco a poco aprende a ser "hijo" del padre Ugo. Esta obediencia le procura sufrimiento, ya que requiere humildad, saber reconocer los errores y los defectos y aceptar correcciones, pero él comprende que esa humildad es el camino que conduce a la verdad y a convertirse.Daniele espera poder emprender los estudios para ser sacerdote en el Perú, pero esto le es imposible. Por lo tanto, en coordinación con el obispo de Faenza, Mons. Francesco Tarcisio Bertozzi, vuelve a Italia en septiembre de 1986 para entrar al seminario de Bologna.
“Ésta es una verdad que quiero expresarles claramente: no pueden pensar en descubrir ustedes solos lo que necesitan; deben dejarse ayudar por otra persona, alguien un poco más experimentado, y tienen que ser capaces de decir: ‘ Dime, tú que conoces un poco más de mi la vida, ¿cuál es el camino exacto que yo debo seguir? ¡Por favor, ayúdame!’. De esta manera obligarán a otros a preocuparse por ustedes, y ustedes aprenderán a entender que en la vida debemos dejarnos conducir por alguien, alguien que nos lleve de la mano; y, por tanto, comprenderán lo que Dios quiere de nuestra vida. De esta manera, dejándome llevar de la mano por algunas personas, me di cuenta de que Jesús quería que yo fuera sacerdote. No fui yo en tomar esta decisión: sólo abrí mi corazón y otros vieron por mí este camino...”
(p. Daniele).
